Liber CMXIII ThIShARB vel Viæ Memoriæ

 

000. Puede ser. 

[00. No ha sido posible elaborar este libro sobre una base de puro Escepticismo. Esto importa poco, ya que la práctica lleva al Escepticismo, y tal vez a través de él.] 

0. Este libro no pretende llevar al supremo logro. Al contrario, sus resultados delimitan al Adepto Exento como un ser separado del resto de la Universo, y descubren su relación con ese Universo. [1]

1. Esto es de tal importancia para el Adepto Exento que no podemos exagerar su valor. Que en ningún caso se arriesgue a sumergirse en el Abismo hasta que haya realizado esto a su más completa satisfacción. [2]

2. Porque en el Abismo ningún esfuerzo es posible en ninguna manera. El Abismo es atravesado en virtud de la masa del Adepto y de su Karma. Dos fuerzas le impelen: (1) la atracción de Binah, (2) el impulso de su Karma; y la facilidad e incluso la seguridad de su travesía dependen de la fuerza y de la dirección de este último. [3]

3. Si uno se atreve temerariamente a la travesía y hace el irrevocable Juramento del Abismo, puede perderse allí dentro durante Eones de incontable agonía. Puede incluso ser lanzado de vuelta sobre Chesed, con el terrible Karma del fracaso añadido a su imperfección original. 

4. Incluso se dice que en determinadas circunstancias es posible caer completamente desde el Árbol de la Vida, y llegar a las Torres de los Hermanos Negros. Pero consideramos que esto no es posible para el adepto que ha alcanzado realmente su grado, o para cualquier hombre que haya procurado ayudar realmente a la humanidad aunque sea por un simple segundo [4], y ello aunque sus aspiraciones hayan sido impuras por causa de la vanidad o de alguna imperfección similar. 

5. Que el Adepto que encuentre el resultado de estas meditaciones insatisfactorio rechace el Juramento del Abismo, y viva de forma que su Karma gane la fuerza y la dirección apropiadas para la realización de la tarea en algún periodo futuro. [5]

6. La memoria es esencial para la consciencia individual. De otro modo la mente no sería sino una hoja en blanco sobre la que se proyectan sombras. Pero observamos que no sólo la mente retiene impresiones, sino que está configurada de manera que hay una tendencia a retener algunas mucho mejor que otras. Así Sir Richard Jebb, el gran erudito sobre el mundo clásico, no fue capaz de aprenderse siquiera las matemáticas escolares exigidas para el examen de acceso a la Universidad de Cambridge, y fue necesaria una resolución especial de las autoridades para poder admitirlo. 

7. El primer método a describir ha sido ya detallado en el trabajo de Bhikkhu Ananda Metteya “Training of the Mind” (Equinox, I, 5, pp. 28-59, y especialmente pp. 48-56). Poco tenemos que corregir o añadir. Su resultado más importante, en lo tocante al Juramento del Abismo, es la liberación de cualquier deseo o apego a las cosas que él ofrece. Su segundo resultado es el ayudar al adepto en el segundo método, suministrándole nuevos datos para su investigación. [6]

8. La estimulación de la memoria, útil en ambas prácticas, se consigue también mediante la simple meditación (Liber E), en un cierto estadio en el que los antiguos recuerdos surgen espontánea-mente. El adepto puede entonces practicar esto, deteniéndose en ese estadio y provocando los fogonazos de la memoria, en vez de reprimirlos. 

9. Zoroastro dijo: “Explora el Río del Espíritu, de dónde o en qué orden tú has venido, y así, aunque hayas llegado a ser un servidor del cuerpo, podrás de nuevo alcanzar ese Orden (el A ∴ A ∴) del que has descendido, uniendo las Obras (Kamma) a la Razón Sagrada (el Tao).”

10. El Resultado del Segundo Método es mostrar al Adepto a qué fines están destinados sus poderes. Cuando él ha atravesado el Abismo y ha llegado a ser NEMO, el reflujo de la corriente le hace “aparecer en el Cielo de Júpiter como una estrella de la mañana o una estrella de la tarde” [7]. En otras palabras, él tendría que descubrir cuál puede ser la naturaleza de su trabajo. Así Mohammed fue un Hermano reflejado en Netzach, Buddha un Hermano reflejado en Hod o, según algunos, Daath. La actual manifestación de Frater P. en el exterior es en Tiphereth, y en el interior en el sendero de Leo.

11. Primer Método. Que el Adepto Exento se entrene primero en pensar hacia atrás por medios externos, como los que siguen a continuación. 

(“a”) Que aprenda a escribir al revés, con cada mano. 

(“b”) Que aprenda a caminar hacia atrás. 

(“c”) Que, cada vez que pueda hacerlo, vea películas y escuche discos al revés, y que se acostumbre a ellos de manera que le parezcan naturales y apreciables en su totalidad. 

(“d”) Que practique el hablar al revés. Así, en vez de “Yo soy Él”, que diga “Le yos Oy”. 

(“e”) Que aprenda a leer al revés. Aquí es difícil evitar engañarse a sí mismo, dado que un lector experto ve una oración al primer vistazo. Que su discípulo le lea en voz alta al revés, al principio lentamente, después más deprisa. 

(“f”) Que a partir de su propio ingenio conciba otros métodos. 

(12) Al hacer esto, su cerebro se verá inundado al principio por una sensación de total confusión. Después se esforzará en eludir la dificultad mediante algún truco. El cerebro pretenderá estar trabajando al revés, mientras que funcionará normalmente en realidad. Es difícil describir la naturaleza del truco, pero será bastante obvia para cualquiera que haya hecho las prácticas (“a”) y (“b”) durante un día o dos. Se vuelven bastante fáciles y él pensará que está haciendo progresos, una ilusión que un análisis minucioso disipará. 

(13) Una vez que haya comenzado a entrenar su cerebro de esta manera, y haya alcanzado algún pequeño éxito, que el Adepto Exento, sentado en su Asana, piense primero en su actitud presente, después en el acto de estar sentado, después en su entrada en la habitación, después en el vestirse, etcétera, exactamente como sucedió. Y que se esfuerce enérgicamente en pensar cada acto sucediendo hacia atrás. No es bastante con pensar: “Estoy sentado aquí, y antes de esto estaba de pie, y antes de esto entré en la habitación”, etc. Esta serie es el truco detectado en las prácticas preliminares. Las series no deben sucederse “ghi-def-abc” sino “ihgfedcba”; no “caballo un es esto” sino “ollabac nu se otse”. Para lograr esto francamente bien, la práctica (“c”) es muy útil. El cerebro se encontrará luchando constantemente por corregirse, y pronto tenderá a aceptar “ollabac” como un mero glifo alternativo para “caballo”. Esta tendencia debe combatirse constantemente. 

14. En los primeros estadios de esta práctica habría que esforzarse en ser meticuloso en los detalles a la hora de recordar acciones, ya que la costumbre del cerebro de pensar hacia adelante será insuperable al principio. Pensar en acciones amplias y complejas dará entonces series que podemos escribir simbólicamente “opqrstu-hijklmn-abcdefg”. Si dividimos en detalle estas series, tendremos “stu-pqr-o/mn-kl-hij/fg-cde-ab”, que está mucho más cerca del ideal “utsrqpo nmlkjihgfedcba”. 

15. Las capacidades difieren enormemente, pero el Adepto Exento no debe desanimarse si tras un mes de trabajo continuo se encuentra que de vez en cuando, por unos pocos segundos, su cerebro realmente trabaja al revés. 

16. El Adepto Exento debería concentrar sus esfuerzos en obtener una imagen perfecta de cinco minutos hacia atrás, más que en extender el tiempo alcanzado por su meditación. Porque este entrenamiento preliminar es el Pons Asinorum del proceso total. 

17. Cuando este ejercicio de los cinco minutos sea satisfactorio, el Adepto Exento puede extender el mismo a su discreción para abarcar una hora, un día, una semana, y así sucesivamente. Las dificultades desaparecen ante él según avanza. La extensión desde un día al transcurso de su vida entera no se revelará tan difícil como perfeccionar los primeros cinco minutos. 

18. Esta práctica debería repetirse al menos cuatro veces al día, y el progreso se mostrará primero por el cada vez más fácil funcionamiento del cerebro, y después por los recuerdos añadidos que aflorarán. 

19. Durante esta práctica, que con el tiempo se vuelve casi mecánica, es útil reflexionar sobre la forma en que los efectos surgen de las causas.Esto ayuda a la mente a enlazar sus recuerdos, y prepara al adepto para la práctica preliminar del Segundo Método. 

20. Una vez se ha permitido a la mente regresar algunos cientos de veces a la hora del nacimiento, debería alentársela al esfuerzo de penetrar más allá de ese periodo [8]. Si ha sido entrenada correctamente en funcionar hacia atrás, debería haber poca dificultad en hacer esto, aunque es una de las etapas distintas en la práctica. 

21. Puede ser entonces que la memoria persuada al adepto sobre cierta existencia previa. Cuando sea posible, que se compruebe esto con hechos, como sigue: 

22. Les ocurre a menudo a los hombres que, al visitar un lugar en el que nunca han estado, este les parezca familiar. Esto puede surgir por una confusión del pensamiento o por un desliz de la memoria, pero se trata sin duda de un hecho. 

Si entonces el adepto “recuerda” que estaba en una vida anterior en determinada ciudad, pongamos Cracovia, que nunca ha visitado en esta vida, que describa de memoria el aspecto de Cracovia y de sus habitantes, citando sus nombres. Que entre después en detalles sobre la ciudad y sus costumbres. Y una vez haya hecho esto con gran minuciosidad, que confirme todo eso consultando a historiadores y geógrafos, o mediante una visita personal, recordando (tanto para el crédito como el descrédito de si memoria) que los historiadores, los geógrafos y él mismo son falibles por igual. Pero que no crea a su memoria para tomar sus conclusiones como hechos, y que no actúe por lo tanto a partir de ellas sin una comprobación realmente apropiada. 

23. Este proceso de verificación de la memoria debería aplicarse a los recuerdos tempranos de la infancia y la juventud, recurriendo a los recuerdos y testimonios de otros, siempre siendo consciente de lo falibles que son incluso tales precauciones. 

24. Cuando todo esto se haya perfeccionado de forma que la memoria retroceda hasta eones incalculablemente distantes, que el Adepto Exento medite sobre la esterilidad de todos esos años, y sobre sus frutos, separando lo que es transitorio y sin valor de lo que es eterno. Y tal vez, al ser sólo un Adepto Exento, pueda sentir todo como insípido y lleno de tristeza. 

25. En tales condiciones, él prestará sin pesadumbre el Juramento del Abismo. 

26. Segundo Método. Que el Adepto Exento, fortificado por la práctica del Primer Método, entre en la práctica preliminar del Segundo Método. 

27. Segundo Método. Prácticas Preliminares. Que él, sentado en su Asana, considere un evento cualquiera y se remonte a sus causas inmediatas. Y que lo haga completa y minuciosamente. Por ejemplo, hay un cuerpo erguido e inmóvil. Que el adepto considere las muchas fuerzas que lo mantienen así. Primero, la atracción de la tierra, del sol, de los planetas, de las estrellas más lejanas, e incluso de cada mota de polvo en la habitación, entendiendo que la desaparición de cualquiera de estas fuerzas (si pudieran ser aniquiladas) causaría que ese cuerpo se moviera, aunque fuera muy imperceptiblemente. También la resistencia del suelo, la presión del aire y todas las otras condiciones externas. En segundo lugar, las fuerzas internas que lo sostienen, la vasta y compleja maquinaria del esqueleto, los músculos, la sangre, el sistema linfático, la médula, todo lo que compone a un hombre. En tercer lugar, las fuerzas morales e intelectuales implicadas, la mente, la voluntad, la consciencia. Que continúe esto con sostenido ardor, buscando en la Naturaleza sin omitir nada. 

28. A continuación que tome una de las causas inmediatas de su posición y se remonte a la fuente de su equilibrio. Por ejemplo, la voluntad. ¿Qué determina a la voluntad a ayudar a mantener el cuerpo erguido e inmóvil? 

29. Una vez establecido esto, que escoja una de las fuerzas que determinaron a su voluntad, y que se remonte a su fuente de forma similar; y que haga que este proceso continúe por muchos días hasta que la interdependencia de todas las cosas sea una verdad asimilada en su ser más profundo. 

30. Una vez realizado esto, que se remonte a su propia historia con especial referencia a las causas de cada evento. Y en esta práctica puede obviar hasta cierto punto las fuerzas universales que en todo momento actúan sobre todo, como por ejemplo la atracción universal, y que concentre su atención en las causas principales y determinantes o efectivas. 

Por ejemplo él está sentado tal vez en un lugar campestre en España. ¿Por qué? Porque España es caliente y apropiada para la meditación, y porque las ciudades son ruidosas y están atestadas. ¿Por qué es caliente España? ¿Y por qué desea él meditar? ¿Por qué ha elegido la caliente España antes que la caliente India? A la última pregunta: Porque España está más cerca de su casa. Entonces ¿Por qué está su casa cerca de España? Porque sus padres fueron alemanes. ¿Y por qué llegaron a Alemania? Y así durante toda la meditación. 

31. Que empiece otro día con una pregunta de otra índole, y cada día conciba nuevas preguntas, no sólo relacionadas con su situación actual, sino también preguntas abstractas. Así que conecte la prevalencia del agua sobre la superficie del planeta con su necesidad para la vida tal y como la conocemos, y con el peso específico y otras propiedades físicas del agua, y que perciba finalmente a través de todo esto la necesidad y la armonía de las cosas, no la armonía como la concebían los escolásticos del pasado, que entendían todas las cosas en función del beneficio o la conveniencia para el hombre, sino la armonía mecánica esencial cuya ley última es la “inercia”. Y en estas meditaciones que evite como a la peste cualquier especulación sentimental o fantástica. 

32. Segundo Método. La Práctica Propiamente Dicha. Una vez perfeccionadas en su mente estas concepciones, que las aplique a su propia trayectoria vital, forjando los eslabones de la memoria en la cadena de la necesidad. 

Y que sea ésta su pregunta final: ¿Para qué propósito estoy preparado? ¿Qué servicio puede prestar mi ser a los Hermanos de la A ∴ A ∴ si cruzo el Abismo y soy admitido en la Ciudad de las Pirámides? 

33. Ahora que él puede comprender claramente la naturaleza de esta pregunta, y el método para su solución, que estudie la forma de razonar de los anatomistas que reconstruyen un animal a partir de un simple hueso. Por poner un simple ejemplo. 

34. Supongamos que yo haya pasado toda mi vida entre salvajes y que un barco naufraga contra la costa. Intacto entre la carga se encuentra un carruaje “Victoria”. ¿Para qué sirve? Las ruedas hablan de caminos, su finura de caminos suaves, el freno de caminos montañosos. El varal muestra que ha sido pensado para ser tirado por un animal, su altura y longitud sugieren un animal del tamaño de un caballo. Que el carruaje sea abierto sugiere un clima tolerable todo el año. La altura del asiento sugiere calles atestadas o el carácter fogoso del animal utilizado para tirar de él. Los cojines indican que su uso es para hombres más que para mercancías; su capota que llueve de vez en cuando, o que el sol es a veces poderoso. Los cojinetes implicarían una habilidad considerable en los metales; el barniz, un alto nivel en esta técnica. 

35. Que el adepto considere de manera similar su propio caso. Ahora que está a punto de zambullirse en el Abismo, un ¿Por Qué? gigantesco se planta ante él blandiendo una maza. 

36. No hay ni un minúsculo átomo de su constitución que pueda ser retirado sin que él se transforme en otro diferente del que es; ni tampoco momento inútil de su pasado. Entonces ¿cuál es su futuro? El “Victoria” no es una carreta, no ha sido diseñado para transportar heno. No es un “sulky”, es inviable para carreras. 

Así el adepto puede ser un genio militar, o poseer grandes conocimientos de griego. ¿Cómo podrían estas cualidades servir a su propósito, o al propósito de los Hermanos? Él fue condenado a muerte por Calvino, o lapidado por Ezequías; como serpiente, fue matado por un campesino; o como elefante, abatido en una batalla bajo Amílcar. ¿Cómo pueden ayudarle tales recuerdos? Hasta que él no haya comprendido completamente la razón de cada incidente de su pasado, y no haya encontrado un propósito para cada elemento de su equipamiento actual [9], no será capaz de responder correctamente a esas Tres Preguntas que le serán planteadas primero, las Tres Preguntas del Ritual de la Pirámide; no estará preparado para prestar el Juramento del Abismo. 

37. Pero si está iluminado ya, que preste el Juramento del Abismo. Sí, que preste el Juramento del Abismo. 

 

Notas

[1] (Esta nota y las siguientes del Liber ThIShARB son del propio Crowley) Este libro enseña a plantear las preguntas: “¿Quién soy yo?”, “¿Cuál es mi relación con la naturaleza?”.

[2] Se deben destruir sus falsas opiniones sobre lo que se es y quien se es antes de poder encontrar la verdad en este asunto. Es necesario, pues, comprender estas falsas ideas antes de renunciar a ellas. Si esto no se realiza perfectamente, se obtendrá lo Verdadero mezclado con residuos de lo Falso.

[3] Nuestra vida ha sido guiada hasta ahora por estas ideas falsas. Por lo tanto, cuando las abandonamos, no tenemos ya referencias que nos permitan controlar el pensamiento o la acción. Y, hasta que nazca la verdad, no podemos movernos más que en función de nuestro impulso. Es saltar en el vacío.

[4] Los que estén en posesión del Liber 185 se darán cuenta de que en cada grado el aspirante se compromete a servir a sus inferiores en la Orden.

[5] Que el Adeptus Exemptus sea perfecto antes de proseguir.

[6] La Memoria Mágica (es decir, de las encarnaciones precedentes) nos libera del deseo al mostrarnos cómo toda realización terrestre e incluso submágica se revela fútil y fuente de aflicción.

[7] La fórmula de la Gran Obra, “Solve et Coagula”, puede ser interpretada como sigue. Solve: la disolución de la Identidad en el Infinito; Coagula: la manifestación al exterior del Infinito bajo una forma concreta. Los dos son necesarios para la Tarea de un Maestro del Templo. Él puede aparecer en cualquier otro Cielo, conforme a su naturaleza universal, bajo su máscara mágica de iniciación.

[8] El olvido freudiano intenta protegernos del traumatismo de la muerte. Uno debe armarse de todo su valor para enfrentarse a él por otras vías, como poniendo en riesgo su existencia.

[9] Un Hermano que conozco fracasaba de forma repetida en esta meditación. Pero un día, al precipitarse con su caballo por un abrupto acantilado de cuarenta pies, y salir sin rasguños ni contusiones, recordó haber escapado a menudo y por poco de la muerte. Estas escapatorias se revelaron como los últimos componentes de su problema que, al completarse de esta manera, se resolvió en un instante. O. M. (Frontera china, 1905-6.)



© de la traducción Miguel AlgOl