Responsabilidad

 
 

Una nota sobre las principales reglas de conducta práctica a ser observadas por aquellos que aceptan la Ley de Thelema.

“Haz lo que quieras será toda la Ley.” [AL I:40] 

“No hay ley más allá de Haz lo que quieras.” [AL III:60] 

“Tú no tienes más derecho que a hacer tu voluntad. Hazla, y nadie podrá decirte que no. Porque la voluntad pura, no saciada con el objetivo, liberada de la codicia del resultado, es en todos los sentidos perfecta.” [AL I:42-44] 

“El amor es la ley, el amor bajo la voluntad.” [AL I:57]

“Cada hombre y cada mujer es una estrella.” [AL I:3] 

 

A. Tu responsabilidad para contigo mismo.

 

1. Encuéntrate a ti mismo en el centro de tu propio Universo. 

“Yo soy la llama que arde en cada corazón de hombre, y en el núcleo de cada estrella.” [AL II:6] 

2. Explora la Naturaleza y Poderes de tu propio Ser. 

Esto incluye todo lo que es, o puede ser, para ti: debes aceptar cada cosa exactamente tal como es en sí misma, como un factor de los que conforman tu Auténtica Identidad. Esta Auténtica Identidad incluye pues en última instancia todas las cosas de cualquier tipo. Descubrirla es la Iniciación (el viaje hacia adentro) y, como su Naturaleza es moverse continuamente, debe entenderse no como algo estático, sino dinámico; no como un Nombre, sino como un Verbo. 

3. Desarrolla en apropiada armonía y proporción cada capacidad que poseas. 

“La sabiduría dice: ¡Sé fuerte! Así podrás llevar más alegría. No seas animal: ¡refina tu éxtasis! Si bebes, bebe según las noventa y ocho reglas del arte. Si amas, excédete en la delicadeza. Y si haces algo alegre, ¡que haya sutileza en ello!” [AL II:70] 

“¡Pero excédete! ¡Excédete!” [AL II:71]

“¡Sé fuerte, oh hombre! Desea, disfruta todas las cosas del sentido y del éxtasis. No temas que algún Dios pueda renegar de ti por ello.” [AL II:22] 

4. Considera tu propia Naturaleza.

Considera cada elemento de ella tanto separadamente como en relación a todo el resto, para poder juzgar correctamente el auténtico propósito de la totalidad de tu Ser. 

5. Encuentra la fórmula de este propósito, o “Auténtica Voluntad”, en una expresión que sea lo más simple posible. 

Aprende a comprender claramente cómo manipular mejor las energías que tú controlas, para extraer los resultados más favorables de sus relaciones con la parte del Universo que todavía no controlas. 

6. Extiende el dominio de tu consciencia, y su control sobre todas las fuerzas ajenas a ella, hasta el máximo. 

Haz esto mediante la aplicación cada vez más fuerte y más acertada de tus capacidades sobre la percepción cada vez más fina, clara, completa y acertada, la mayor comprensión y el gobierno más sabiamente ordenado, de ese Universo externo. 

7. Nunca permitas que el pensamiento o la voluntad de cualquier otro Ser interfiera con los tuyos. 

Sé constantemente vigilante para reaccionar, y alerta para resistir con invencible ardor y vehemencia de pasión inextinguible, cualquier intento de otro Ser para influir en ti, cuando no se trate de aportarte nuevos datos para tu experiencia del Universo, o asistirte en alcanzar una mayor síntesis de Verdad mediante el modo de la fusión apasionada. 

8. No reprimas o restrinjas ningún instinto auténtico de tu Naturaleza. Por el contrario, dedica todos perfectamente al único servicio de tu Auténtica Voluntad. 

“Sed imponentes entonces: ¡vestíos con finos ropajes; comed ricos manjares y bebed dulces vinos y vinos espumosos! Y también ¡saciad vuestro deseo de amor como queráis, cuando, donde y con quien queráis! Pero siempre para mí.” [AL I:51] 

“La palabra del Crimen es Restricción. ¡Oh hombre! ¡No rechaces a tu esposa, si ella quiere! ¡Oh amante, si tú quieres, márchate! No hay lazo que pueda unir lo dividido, excepto el amor: todo lo demás es una maldición. ¡Maldito! ¡Maldito sea esto para los eones! Infierno.” [AL I:41] 

“Así con todo lo tuyo; tú no tienes más derecho que a hacer tu voluntad. Hazla, y nadie podrá decirte que no. Porque la voluntad pura, no saciada con el objetivo, liberada de la codicia del resultado, es en todos los sentidos perfecta.” [AL I:42–44] 

“Recogeréis bienes y abundancia de mujeres y especias; llevaréis ricas joyas; excederéis a las naciones de la tierra en esplendor y orgullo; pero siempre en amor de mí.  y así llegaréis a mi gozo.” [AL I:61] 

9. ¡Disfruta! 

“Recordad todos que la existencia es puro gozo; que todas las penas no son sino sombras; pasan y desaparecen; pero está lo que permanece.” [AL II:9] 

“¡Pero vosotros, oh pueblo mío, levantaos y despertad! Que los rituales sean correctamente realizados con alegría y belleza! ¡Una fiesta para el fuego y una fiesta para el agua; una fiesta para la vida y una fiesta mayor para la muerte! ¡Una fiesta cada día en vuestros corazones en la alegría de mi éxtasis!¡Una fiesta cada noche para Nu, y el placer del deleite más extremo! ¡Sí! ¡Festejad! ¡Disfrutad! No hay temor aquí. Hay la disolución y el éxtasis eterno en los besos de Nu.” [AL II:34-35, 41-44] 

“¡Disfrutad ahora! ¡Venid ahora en nuestro esplendor y éxtasis! ¡Venid en nuestra paz apasionada, y escribid dulces palabras para los Reyes!” [AL II:64] 

“¡Estremécete con el gozo de la vida y la muerte! ¡Ah! Tu muerte será hermosa: aquel que la vea se alegrará. Tu muerte será el sello de la promesa de nuestro amor eterno. ¡Ven! ¡Aligera tu corazón y disfruta!” [AL II:66] 

“¿Un Dios viviría en un perro? ¡No! pero los más altos son de los nuestros. Ellos, nuestros elegidos, se regocijarán: quien se apena no es de los nuestros. Belleza y fuerza, risa que estalla y deliciosa languidez, fuerza y fuego, son cosas nuestras.” [AL II:19-20] 

 

B. Tu responsabilidad para con los otros hombres y mujeres particulares.

 

1. “El amor es la ley, el amor bajo la voluntad.” [AL I:57] 

“¡Apareced, oh niños, bajo las estrellas, y saciad vuestra capacidad de amor!” [AL I:12] 

Únete apasionadamente con cada otra forma de consciencia, destruyendo así el sentido de separación del Todo, y creando un nuevo rasero en el Universo desde el que medirlo. 

2. “¡Como hermanos pelead!” [AL III:59] 

“Si es un Rey, no puedes herirle.” [AL II:59] 

Para destacar las diferencias entre dos puntos de vista es útil para ambos medir la posición relativa de cada uno en el todo. El combate estimula la energía viril o creativa. Y, al igual que el amor, del que es una forma, excita la mente hacia un orgasmo que le permite trascender su pesadez racional. 

3. Abstente de cualquier interferencia con otras voluntades. 

“Ten cuidado de que alguno fuerce a otro ¡Rey contra Rey!” [AL II:24] 

(El amor y la guerra en la perspectiva expuesta son de naturaleza deportiva, donde uno respeta al oponente y aprende de él, pero nunca interfiere con él fuera del juego en curso.) Intentar dominar o influir en otro es intentar deformarlo o destruirlo; y él es una parte necesaria del propio Universo de uno, es decir, de la identidad de uno. 

4. Busca, si así lo quieres, iluminar a otro cuando sea necesario. 

Esto debe realizarse siempre con estricto respeto por la actitud del buen deportista, cuando está en problemas por haber fallado en comprenderse claramente, especialmente cuando pide ayuda explícitamente; porque su oscuridad puede dificultar la propia percepción de su perfección. (También su oscuridad puede servir de aviso, o excitar el interés propio.) También es lícito cuando su ignorancia le ha llevado a interferir con la voluntad propia. Toda interferencia es en toda circunstancia peligrosa y exige el ejercicio de una habilidad y buen juicio extremos, fortificados por la experiencia. Influir en otro es dejar la propia ciudadela desguarnecida, e intentarlo normalmente conduce a perder la propia autosupremacía. 

5. ¡Reveréncialo todo! 

“Cada hombre y cada mujer es una estrella.” [AL I:3] 

“¡Fuera la misericordia; condenad a quienes se compadecen!” [AL III:18] 

“Nosotros no tenemos nada que ver con los parias y los incapaces: que mueran en su miseria. Porque no sienten. La compasión es el vicio de los reyes: pisotea a los miserables y a los débiles: esta es la ley del fuerte: esta es nuestra ley y el regocijo del mundo. No pienses, oh rey, en esta mentira: Que Tú Debes Morir: verdaderamente tú no morirás, sino que vivirás. Que esto sea entendido ahora: Si el cuerpo del Rey se disuelve, él permanecerá en un puro éxtasis para siempre. ¡Nuit! ¡Hadit! ¡Ra-Hoor-Khuit! El Sol, Fuerza y Visión, Luz; estos son para los servidores de la Estrella y la Serpiente.” [AL II:21]

Exactamente igual que tú, cada ser es el único centro de un Universo no idéntico, ni siquiera asimilable, al tuyo propio. El Universo impersonal de la “Naturaleza” es sólo una abstracción, aproximadamente verdadera, de los factores que resulta conveniente contemplar como comunes a todos. El Universo de otro es por lo tanto necesariamente desconocido, e incognoscible, para ti. Pero provoca corrientes de energía en ti, al determinar en parte tus reacciones. Usa a los hombres y mujeres, por consiguiente, con el respeto absoluto que se debe a los estándares de medida inviolables. Verifica tus propias observaciones comparándolas con juicios similares expresados por ellos. Y, mediante el estudio de los métodos que han determinado su fracaso o su éxito, adquiere para ti mismo el ingenio y la destreza requeridos para lidiar con tus propios problemas. 

La piedad, la simpatía y otras emociones parecidas son fundamentalmente insultos a la Divinidad de la persona que las excita, y por lo tanto a ti mismo. Los dolores de otro pueden ser aliviados, pero siempre con la noble y positiva idea de hacer manifiesta la perfección del Universo. La piedad es la fuente de todo vicio bajo, innoble y cobarde; y la blasfemia esencial contra la Verdad. 

“¡Reverenciadme! Venid a mí a través de la tribulación de la ordalía, que es una dicha.” [AL III:62] 

 

C. Tu responsabilidad para con la humanidad.

 

1. Establece la Ley de Thelema como la única base de conducta. 

La salud general de la raza es necesaria en muchos sentidos para la tuya propia, y su bienestar, como el tuyo, es fundamentalmente un resultado de la observancia inteligente y sabia de la Ley de Thelema. Es de una importancia primordial para ti que cada individuo acepte abiertamente esta Ley y que se gobierne a sí mismo de acuerdo a ella. 

Puedes entender el establecimiento de la Ley de Thelema como un elemento esencial de tu Auténtica Voluntad, dado que, sea cual sea en última instancia la naturaleza de esa Voluntad, la condición evidente para poder ejecutarla es estar libre de interferencias externas. 

Los gobiernos exhiben demasiado a menudo la estupidez más deplorable, por más ilustrados que sean los hombres que los componen y constituyen, o el pueblo cuyos destinos dirigen. Por tanto incumbe a cada hombre y a cada mujer dar los pasos que le atañan para provocar la revisión de todas las disposiciones existentes de acuerdo con la Ley de Thelema. Esta Ley es un Ley de Libertad, y el objetivo de la legislatura debe ser asegurar la más amplia libertad a cada individuo dentro del estado, renunciando a la presuntuosa presuposición de que cualquier ideal positivo merece ser alcanzado. 

“La palabra del Crimen es Restricción.” [AL I:41] 

La esencia del crimen es que restringe la libertad del individuo agredido. (Así, el asesinato restringe su derecho a vivir; el robo, su derecho a disfrutar de los frutos de su trabajo; acuñar dinero falso, su derecho a la garantía del estado de que podrá hacer trueques con seguridad; etc.) Es pues una responsabilidad común prevenir el crimen mediante la segregación del criminal y mediante la amenaza de represalias. También enseñar al criminal que sus actos, cuando se analizan, son contrarios a su Auténtica Voluntad. (Esto puede realizarse frecuentemente retirándole el derecho que él ha negado a otros, así como proscribiendo al ladrón, de modo que sienta una constante ansiedad por la seguridad de sus propias posesiones, sacadas de la salvaguarda del Estado.) La regla es muy simple. Aquel que viola cualquier derecho declara mágicamente que tal derecho no existe; por lo tanto ya no existe para él. 

El crimen es una violación espiritual directa de la Ley de Thelema y no puede ser tolerado en la comunidad. Aquellos que posean tal instinto deben ser segregados en un asentamiento para que construyan un estado por sí mismos, y aprendan así la necesidad de imponer y mantener reglas de justicia. Todos los crímenes artificiales deben ser abolidos. Cuando las restricciones imaginarias desaparezcan, la mayor libertad del individuo le enseñará a evitar los actos que realmente restringen los derechos naturales. Los crímenes reales disminuirán automáticamente. 

La administración de la Ley deberá simplificarse mediante la preparación de hombres rectos y discretos cuya voluntad sea cumplir la función en la comunidad de resolver todas las querellas mediante el principio abstracto de la Ley de Thelema, y garantizar un juicio en base a la restricción concreta causada por la ofensa. 

El objetivo último es reintegrar la Consciencia, sobre verdaderos principios científicos, como guardián de la conducta, monitor del pueblo y garantía de sus gobernantes. 

 

D. Tu responsabilidad para con otros seres y cosas.

 

1. Aplica la Ley de Thelema a cualquier problema de capacidad, uso y desarrollo. 

Supone una violación de la Ley de Thelema el abusar de las cualidades naturales de cualquier animal u objeto, mediante el alejamiento de su función propia, tal y como está determinada según su historia y su estructura. Así, entrenar a niños para realizar operaciones mentales o efectuar tareas para las que no están preparados es un crimen contra la naturaleza. De modo similar, construir casas de material defectuoso, adulterar la comida, destruir los bosques, etc. etc. son agresiones. 

La Ley de Thelema ha de ser aplicada inmutablemente en cada cuestión de conducta. La inherente capacidad de cualquier cosa para un uso determinado debe ser el único criterio. 

Aparentemente, y a veces también realmente, surgen frecuentes conflictos de intereses. Tales casos deben ser resueltos mediante el valor general de las partes litigantes en la escala de la Naturaleza. Así, un árbol tiene derecho a su vida; pero un hombre, que es más que un árbol, puede talarlo para combustible o abrigo cuando sea necesario. A pesar de ello, que recuerde que la Ley nunca falla en vengar la infracción: así la deforestación incontrolada arruina un clima o un terreno, o la importación de conejos como fuente barata de alimento crea una plaga. 

Observa que la violación de la Ley de Thelema provoca desgracias acumulativas. El vaciado de la población agrícola hacia las grandes ciudades, debido principalmente a haberla persuadido de abandonar sus ideales naturales, no sólo ha convertido el campo en algo menos llevadero para el campesino, sino que ha desbordado a la ciudad. Y el error tiende a incrementarse en proporción geométrica, hasta que una solución resulta casi impensable y la totalidad de la estructura social se encuentra amenazada de ruina. 

La sabia aplicación, basada en la observación y en la experiencia, de la Ley de Thelema es trabajar en armonía consciente con la Evolución. Los experimentos de creación, que implican variación a partir de los tipos existentes, son lícitos y necesarios. Su valor debe ser establecido a partir de su fertilidad y de su armonía con el curso de la naturaleza hacia la perfección. 

 

 

© de la traducción Miguel AlgOl