Himno a Lucifer

 

Reflexionad, sin bien ni mal, ¿qué sentido tiene actuar?
Sin su clímax, la muerte, ¿qué sabor tiene
La vida? Una máquina impecable, exacta, que
Va y viene por un sendero estúpido y sin sentido
Para colmar brutos apetitos, su única satisfacción.
¡De qué modo tan pesado ha sido capaz de comprenderse a
Sí Misma! Y aun más, este noble elemento nuestro,
De fuego en la naturaleza, de amor en el espíritu, la vida
Que no se entiende a sí misma no tiene primavera, ni eje, ni fin.

Su cuerpo, un radiante rubí de sangre,
Con noble pasión, Lucifer, de alma solar,
Recorrió colosal al amanecer, rápido, oblicuo,
El imbécil perímetro del Edén.
Él bendijo lo que no existía con cada maldición
Y salpicó de dolor la torpe alma del buen juicio,
Exhaló vida en el universo estéril,
Con Amor y Conocimiento echó a la inocencia.
La Clave del Deleite es la desobediencia.

 

© de la traducción Miguel AlgOl

 

El Himno a Lucifer interpretado por Coph Nia: